El champagne es un vino espumoso de origen francés que se caracteriza por su burbuja fina y persistente. Aunque es conocido como un vino de celebración, también se puede disfrutar en otras ocasiones y con diferentes tipos de comida.
Existen diferentes tipos de champagne según la cantidad de azúcar que se añade al vino durante el proceso de elaboración. Estos son los tres tipos más comunes:
Brut Nature: Este tipo de champagne no contiene azúcar añadido y es el más seco de todos. Su sabor es fresco y afrutado, con notas cítricas y minerales. Es ideal para acompañar a alimentos ligeros como mariscos y ensaladas.
Extra Brut: Este tipo de champagne contiene una cantidad muy baja de azúcar añadido, lo que lo hace ligeramente más dulce que el Brut Nature. Su sabor es fresco y afrutado, con notas de frutas blancas y cítricos. Es ideal para acompañar a platos con salsas ligeras y pescados.
Brut: Este es el tipo de champagne más común y el que se suele servir en bodas y eventos especiales. Contiene una cantidad moderada de azúcar añadido, lo que le da un sabor más dulce y afrutado. Es ideal para acompañar a platos con carne y quesos.
Además de estos tres tipos de champagne, existen otros tipos que se caracterizan por la cantidad de azúcar añadido y su sabor, como el Demi-Sec, el Sec y el Doux. El Demi-Sec tiene una mayor cantidad de azúcar añadido y es más dulce, el Sec tiene una cantidad moderada y el Doux es el más dulce de todos.
Cabe destacar que existen también diferentes tipos de champagne según la variedad de uva utilizada, como el champagne de Chardonnay, el de Pinot Noir o el de Pinot Meunier.
En resumen, el champagne es un vino espumoso de origen francés con diferentes tipos según la cantidad de azúcar añadida. El Brut Nature es el más seco, el Extra Brut es ligeramente dulce y el Brut es el más dulce y afrutado. Además, existen otros tipos como el Demi-Sec, el Sec y el Doux. Es importante tener en cuenta estas diferencias a la hora de elegir un champagne para acompañar a una comida o para una ocasión especial.